22 de septiembre de 2016

Los 4 jinetes del Apocalipsis profesional

¿SABES CUÁNTO TIEMPO VAS A ESTAR MUERTO? Cuando leyendo el libro de Dyer, Tus zonas erróneas, el autor planteó esta pregunta, tuve que parar la lectura. No es usual que una cuestión te turbe tanto como conmigo lo hizo esta. Seguro que tú cuando has leído el título has tenido la misma sensación de desasosiego, de rápida reflexión sobre algo que posiblemente no te habías planteado hasta ahora.  No te voy a tener más tiempo en vilo y te voy a contestar: vas a estar muerto toda la eternidad. Sí, una vez que fallezcas ya no volverás a estar vivo nunca más. No habrá vuelta atrás, como cuando estás en la cola del supermercado y de repente te acuerdas de que se te olvidó coger un bote de tomate del segundo pasillo y allá que vas para luego volver a pasar por caja. En cuestiones sobre vida y la muerte, una vez que se pasa por caja, no hay retroceso que valga. O sea que más te vale meter en la cesta todo aquello que vayas necesitando en la vida para ser feliz: desde una familia unida, unos amigos excepcionales o decenas de momentos repletos de alegrías, hasta un buen puñado de éxitos profesionales que te hagan crecer y te hagan sentirte orgulloso de lo que realmente vales. 

Fijémonos en estos últimos. Que levante la mano aquel que aun sabiendo que tiene un proyecto o un plan perfecto que emprender ha sido incapaz de llevarlo a cabo. Es más, ni siquiera se ha visto con fuerzas de compartirlo con otros. ¿Por qué? Antes de continuar, te quiero presentar a alguien. Por si no los conocías, estos son los cuatro jinetes del Apocalipsis profesional, esos que van a estar siempre acompañándote, cohibiendo tus decisiones e impidiéndote actuar con total libertad: 

 - La PREOCUPACIÓN 

- El TEMOR 

- La cuestión de si “ME LO PUEDO PERMITIR O NO”

- La CULPABILIDAD frente al fracaso. 

Como compañía no es que sea la mejor, de hecho siempre que puedan darte la lata, lo harán. Son pocas las personas que no tienen que batallar con ellos prácticamente a diario. Ser fuerte y ganarles la guerra está en ti, y sobre todo en la importancia que te des a ti mismo. Como te decía líneas atrás, hay situaciones en las que aun sabiendo que tus ideas son maravillosas, esos cuatro personajes se te han aparecido con sus flamantes armas dándote de bofetadas e impidiéndote moverte de tu “zona de confort”. Te doy algunos ejemplos. 

- Tienes un proyecto de una actividad conjunta que llevar a cabo en tu Centro que depende de la aprobación del resto del Departamento, del Claustro o de la Dirección. 

- Ideas nuevos métodos para luchar contra la desmotivación del alumnado. 

- Estás interesado en formarte en nuevas metodologías e incluso en aprender el uso de diferentes herramientas para salir de la monotonía y acercarte más a los intereses reales de tus alumnos. 

Todos estos planes eran estupendos en tu cabeza. Los veías, sonreías y pensabas en lo maravilloso que sería si todo saliera bien. Pero es en ese momento cuando te atacan, haciendo que esa creatividad excepcional que había dado a luz a brillantes ideas y que te había puesto en el camino adecuado, se quede oscurecida. De hecho, hay veces que ni te atreves a compartir tus nuevos proyectos con nadie. ¿Por qué? Básicamente por la preocupación; el temor; la cuestión de si yo me puedo permitir o no exponer esta idea en este momento; y la culpabilidad ante el fracaso. Ahí los tienes, a los cuatro juntitos, haciendo piña para hundir tus ideas una vez más. 

 ¿No crees que va siendo hora de hacerlos frente? ¿Cuántas cosas has ido dejando por el camino por no luchar contra estos miedos? ¿Cuántas veces te arrepientes de lo que podrías haber hecho y no hiciste por no enfrentarte a ellos? 


Te voy a hacer una pregunta más: ¿qué es para ti una persona inteligente? Otra cuestión que se las trae ¿verdad? Se podría definir de tantas maneras…. Un psicólogo tan famoso como Wayne Dyer, al que mencioné al principio, define a las personas inteligentes como “los seres humanos que reconocen los problemas como algo que es parte de la condición humana y no miden la felicidad por la ausencia de problemas”. Y añade “cuando aprendas que puedes sentir lo que prefieres o eliges sentir, empezarás a encaminarte por la verdadera senda de la inteligencia”. Vaya, toda una lección para la vida ¿no crees? Ni cociente intelectual ni cuestiones por el estilo, la inteligencia para él significa una cosa bien diferente. Te hace pensar ¿verdad? Estoy segurísima de que nunca habrías hecho una definición ni remotamente parecida de lo que es ser una persona inteligente. 

Sin embargo, algo que parece tan sencillo de decir, no lo es tanto de conseguir. Elegir el cómo te sentirás lleva un esfuerzo psicológico impresionante, principalmente porque no hemos sido educados en ello. Se trata de cambiar todos nuestros esquemas mentales. Pero siempre se debe intentar. Recuerda que es extraño que te arrepientas por algo que has hecho, pero de las cosas que no has hecho ¡ay! esas te atormentarán siempre. Por tanto, el mensaje es bien sencillo: sea lo que sea lo que tengas en tu cabecita ¡hazlo! Crecer como persona es un indicador de estar vivo, si dejas de crecer y desarrollarte, es igual que si estuviera muerto. ¿A qué esperas para crecer?

No hay comentarios:

Publicar un comentario